No hay foto en este comentario, para que no se distraigan. Ni negritas, todo es destacable, creo.
En la carretera de nuevo. Siempre ha sido así, es nuestra vida. On the road again. Absolutamente entusiasmado por este año del cambio en todos los sentidos, de la constatación de que en este camino conviene ir ligerito de equipaje, con zapatos todoterreno, las baterías cargadas y las ideas cada vez más claras sobre este negocio-profesión del periodismo.
Hoy quiero acordarme de compañeros que se han quedado en un proyecto que hemos hecho todos juntos desde hace un año, a media jornada, dejándonos las pestañas en los ordenadores, colaborando cada uno en su medida y aguantando lo que no se imaginan. Ignoro qué les depara el futuro, espero que lo mejor y que pronto estemos juntos o por separado en otras aventuras más seguras.En esta profesión hay que ser correcto abriendo y cerrando las puertas, nunca se sabe. Eso nos decían los viejos periodistas junto a los que se aprende mucho y bien.
Yo no puedo quejarme, le estoy muy agradecido a personas como Andrés Luis Cañadas (mi primer contrato en informativos), Carlos Vergara (que en paz descanse), Rafael Plaza (cuando la SER echaba a ministros), Pedro Rollán (en Telesur, histórico), Antonio Castro (ABC y desayunos en Las Tendillas), Paco Luis Córdoba y los cordobeses (echo de menos aquellos cierres seguidos de copas interminables o charlas a palo seco, las menos), a Manuel de la Peña (ay criatura), a Paco Rosell (batallando en El Mundo de Andalucía), pero hay otros (pocos) en la parte negra de la lista a los que la vida les dará su merecido, porque Dios a veces se baja con el látigo y el universo te devuelve justo lo que tú le haces a los demás. De momento dejaré sus nombres en el olvido.
2015 va a ser un año de cambios y no solo en el plano político. Hay quien cree que los electores son bobos y se equivocan, porque como no administren bien el cabreo popular y den respuesta a las justas demandas, van a ir todos más lejos de lo que esperan. Cuando los podemitas hablan de la casta se refieren a un concepto más que a partidos o personas. En las organizaciones políticas convencionales (para entendernos) hay muy buena gente, incluso algunos cuyo nombre está en discusión.